Escuchamos una y otra vez que somos lo que comemos. Y efectivamente, nuestra energía y bienestar depende en gran parte del tipo y la calidad de alimentación que llevamos. Esta, a su vez, está directamente relacionada con nuestra cultura, costumbres y hábitos que adoptamos desde la infancia. Mientras más temprano comiences a inculcarles buenos hábitos de alimentación a tus hijos, mejor. La recompensa será una mejor salud a largo plazo.
Los padres son los primeros maestros de sus hijos. ¡Tienen tanto que enseñarles en la vida! Uno de los conocimientos más importantes que puedes transmitirle a un hijo es que aprenda a comer bien. Esto implica no solamente que aprenda a escoger aquellos alimentos que favorecen su salud, sino a desarrollar una actitud sana y positiva ante la alimentación en general. Aquí te ofrecemos algunos consejos que puedes poner en práctica desde hoy mismo.
Crea un ambiente agradable en torno a la mesa. La comida alimenta el cuerpo y el entorno alimenta el espíritu. Haz que tu familia se reúna a comer al menos una vez al día. Aprovecha para compartir lo ocurrido en la casa, la escuela o el trabajo y estrecha así la comunicación y la unión familiar. Involucra a los niños a que pongan la mesa y a que te ayuden en pequeños quehaceres como a preparar la ensalada o a servir el agua. Usa esa vajilla nueva que tienes guardada, y el mantel o los individuales de colores bonitos. No hay por qué esperar a una ocasión “especial” para estrenarlos. ¡Hazlo hoy mismo!
Evita que tus hijos se acostumbren a comer frente al televisor. Comer es también una actividad social, ideal para compartir, no para aislarse. Además de que frente al televisor se come de más, es una mala costumbre que debes eliminar de tu entorno familiar. Si es posible, evita también los teléfonos celulares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por escribirnos